Se despertó bañado en sudor y un frío interno le estremeció. Se hizo la luz, y en su cama junto a él... ¡Vio a esa mujer!, fue como aquel beso que no dio, como ese “te quiero” que negó. Llegó la hora de echar cuentas y él lloró. Tú representas a todo ese horror, que enferma y mata el planeta. Al condenarme abortaste también tu perdón.Yo soy el aire, la brisa y el mar y el Amazonas que herido sangra por vuestra ambición, yo soy parte de él. Todo mal que me hagas, a ti te lo harás, pues la tierra es tu hogar y al igual que amar, también sé castigar. La venganza de Gaia tendrás. Toda su vida ante él desfiló, vio su niñez, no se reconoció que su inocencia murió por su ambición ¡La asesinó! aparecieron en su mansión un ciervo anciano y un halcón, un bosque quemado y un sauce llorón.Esto es un juicio y este el tribunal que ha de condenar tu usura. El ozono es el fiscal y una ballena el juez. Un río contaminado en pie hace pasar al jurado formado por la justicia, el amor y algún pez.Todo mal que me hagas, a ti te lo harás, pues la tierra es tu hogar y al igual que amar, también sé castigar.Yo quisiera sólo que ahora pueda pronto irse esta noche y lo que siempre me dijiste nunca más regrese. Y quiero amor y todo lo que siempre sabes darme.Y quiero indiferencia si sólo quieres herirme.Y quiero indiferencia si sólo quieres herirme.
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